Marqués de Velilla se asienta sobre tierras recias y fuertes cercanas al río Duero, que junto al clima, a veces extremo, producen unos vinos rotundos y complejos, con carácter y personalidad inconfundibles. En un alto de la finca se encuentra situada la bodega, perfectamente integrada en el paisaje y de curiosa mezcla de estilos entre rústico castellano y colonial.
De entre las viñas, pinos, encinas y enebros del terreno, sobresale majestuoso el viejo Doncel de Mataperras, un pino piñero que ha sobrevivido a siglos de historia, convertido ahora en símbolo de nuestra bodega.
Nuestra bodega, equipada con la última tecnología, nos permite integrar en la elaboración las técnicas más adecuadas para cada ocasión. Tratamos de combinar la sabiduría de los métodos tradicionales y la efectividad de las herramientas de la enología moderna para, en función del tipo de vino que buscamos en cada parcela, desarrollar también un proceso de elaboración diferente. Así, dependiendo de la añada y del tipo de vino a obtener, modificamos la elaboración para buscar la selección más adecuada.