El nombre de la bodega está inspirado en la esencia del luthier, el artesano que mantiene un oficio milenario trabajando madera y cuerda hasta crear instrumentos capaces de alegrar almas durante siglos. Es la creencia de que el vino realizado con paciencia y tradición puede compartir esa misión evocadora de la música. Solo gracias a la mejor uva, la labor del bodeguero y nobles crianzas se consigue ese efecto gracias al cual una copa de vino logra hablarnos de un lugar, de su historia, de su presente y de su futuro. Y, además, avivarnos el espíritu.
En agosto de 2018 se inauguró Bodegas Territorio Luthier, situada en un paraje maravilloso a tan solo 5 minutos de Aranda de Duero. Aquí, entre pinos, enebros y corzos, hemos apostado por elaborar vinos pausados. Crianzas, Reservas y Grandes Reservas que con el paso de los años mantendrán su sensibilidad y viveza al igual que lo hace la música de los instrumento del luthier.