¿Cómo no enamorarnos? Es nuestro hogar. Es donde hemos nacido, crecido y donde hemos aprendido todo lo que sabemos sobre el vino. Aquí, en estas tierras queremos que nuestra bodega vaya envejeciendo y nosotros con ella. Seguimos explorando esta tierra llena de aromas, sabor y texturas; y buscamos transmitirlas a través de cada uno de nuestros vinos.
Nuestra historia empezó hace 20 años cuando toda nuestra familia, desde nuestro abuelo que cuidaba viñas y hacía vinos, comparte una misma visión que refleja compromiso, humildad y arraigo a nuestra tierra.
Tenemos una verdadera devoción y cariño por los lugares donde decidimos plantar nuestro viñedo, por eso, cuando lo hacemos, nuestro fin es integrarnos en su paisaje y respetar la biodiversidad que nos rodea. Por ello actualmente ya estamos certificados como productores ecológicos.
Hacer un buen vino de altura es un proceso que lleva tiempo. Nosotros esperamos que la fruta madure despacio y cuando está en su punto exacto, la cosechamos para que vino posea los aromas y sabores que encierran esos suelos. A continuación en bodega tambien elaboramos cada parcela por separado para sacar lo mejor de cada una.