La Ribera del Duero es una gran familia que rema en la misma dirección. Y es habitual que el amor al vino pase de padres a hijos, de abuelos a nietos, como una herencia de vida. Estás por ejemplo la historia de Ascensión Repiso, mujer criada entreviñas y barricas que nunca renuncio a su sueño de elaborar un vino con su sello. Un anhelo en el que la acompañó su marido, Anastasio Salgado, con quién planto la primera nueva viña en 1996 en Pesquera de Duero. No fue hasta el año 2000 cuándo se lanzó el primer vino de la bodega con el sello de la Ribera del Duero. Ya entonces se había unido al proyecto Verónica Salgado, enóloga e hija de los fundadores. Juntos se han consolidado como una bodega de éxito que recientemente ha conseguido el sello de ecológica. Hoy conocemos un poquito más la bodega Ascensión Repiso Bocos en Pesquera de Duero.
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