El extremo noroeste de la ribera burgalesa es una de las zonas más afectadas por la despoblación. En sólo un lustro Tórtoles de Esgueva ha perdido una quinta parte de sus vecinos. Por eso nos encanta encontrar en estos lugares jóvenes proyectos de vida rural cuyos protagonistas pelan el viento y resisten contracorriente esta tendencia imparable. Porque el buen camino no es una rápida y fría carretera asfaltada. Son buenas todas aquellas vías que, sin importar el tiempo y la distancia, conectan pueblos, culturas y sensibilidades. Las que en su trayecto cuentan historias y en sus márgenes dibujan paisajes para guardar en el cofre de la memoria. El Buen camino requiere atención, esfuerzo y paciencia devolviendo al paseante emociones y esperanza. El Buen Camino se anda y se disfruta acompañado con buen vino de la Ribera del Duero, como el de la familia Vallejo Abella. Y para hablarnos de sus vinos, de su Buen Camino, nos acompañan Javier padre y Javier hijo, en una Cita con Ribera.
¡Visita el perfil de la bodega para descubrir más!
#ConRiberaSí #RiberadelDuero