Alejandro Páramo y Pilar Arroyo pasaron su vida entre viñas y sembrados. Hijos y nietos de viticultores, dedicaron muchos años a cultivar la viña siguiendo los usos tradicionales. Sus hijos, los hermanos Páramo Arroyo, desde siempre tuvieron la inquietud de elaborar vino. Y lo hicieron, finalmente en el año 2000 cuando inauguraron su bodega familiar. Ya por aquel entonces tenían una idea muy clara: elaborarían sus vinos de viñedos propios cultivados bajo los criterios de la agricultura ecológica. Porque por encima de todo los Páramo Arroyo son gente con conciencia ambiental, amantes y defensores de la naturaleza. El respeto por su entorno fue la mejor herencia que Pilar y Alejandro dejaron a sus hijos. Un legado indestructible y armado de futuro. Su historia, la conoceremos hoy un poco mejor de la mano de Lina en Una Cita con Ribera.
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