No fue una piedra en el camino, fue la pasión por el buen vino lo que enseñó a dos amigos, Vicente Pliego y Hugo del Pozzo, que su destino era rodar y rodar hasta encontrar la variedad de uva con la que elaborar el vino soñado. Y ni les detuvo la piedra, ni el charco que les separaba de la región escogida en la que culminar su aventura. Volaron desde México hasta la Ribera del Duero para fundar bodegas Pinea, con la determinación suficiente para elaborar un vino de categoría mundial. Situaron su bodega en San Bernardo, al abrigo de un majestuoso pino piñonero, que les presta su sombra y su identidad. Presentan en la actualidad dos vinos, Pinea y 17 by Pinea. Y aunque ya dijo el arriero que más importante que llegar primero es saber llegar, Vicente y Hugo, aún no siendo los primeros en arribar a la Denominación de Origen, lo han hecho para triunfar y forjar su propia historia. Hoy platicamos con Vicente Pliego en una Cita con Ribera.
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