Quién le iba a decir hace setenta y cinco años a Martiniano Palomero, cuando era botero de oficio, que su vino y su apellido viajarían por todo el mundo. Durante décadas trabajó duramente como hostelero y fundó mesones arandinos por toda la geografía nacional. En todos esos años, consiguió que el lechazo asado y su mejor acompañamiento, el vino de la Ribera del Duero, tuvieran un reconocimiento internacional. Pero no fué hasta 1999 cuando, tras muchas charlas con su amigo Sebastián Cabrerizo, acompañadas, como no, de buen vino, hicieron realidad aquel proyecto soñado. Y así nació Uvaguilera, la mejor uva para firmar el mejor vino, que no es otro que aquel que siempre apetece y se disfruta en todo momento, en cualquier lugar. Para charlar, disfrutar y también cantar, nos acompaña Martiniano, en una Cita con Ribera.
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